Qué lleva a la gente a recorrer grandes distancias en moto?, que
tipo de locura se mete en sus cabezas que los lleva a recorrer miles de
kilómetros en ese extraño aparato de dos ruedas donde sufren frío o
calor y si llueve….si llueve se mojan sin remedio...
No existe una sola respuesta para responder a ésta pregunta, a menudo
se menciona a la libertad como un gran motivo de atracción, pero...
¿qué significa ello?
Comparado con conducir un automóvil, el andar en moto brinda una mayor
libertad, más allá de los límites de la física de las cuatro ruedas.
Cuando un automóvil toma una curva, se inclina por fuera de ella,
luchando por mantener la dirección y peleando contra la fuerza de
gravedad que lo tira hacia fuera.
Una moto, en cambio, se inclina dentro de la curva misma acompañándola
en su trazado, forma parte de la curva, se amolda a ella, no la
combate.
Puede que esto no sea espectacular, pero hasta que no lo hayas
experimentado, no podrás entender la gracia y simplicidad de este modo
de viajar.
Tomar una curva se transforma en una sinfonía de movimientos precisos,
un ballet exquisitamente logrado trabajando en armonía con la ruta en
lugar de luchar contra ella con uñas y dientes.
El sentido de la Libertad
Una vez liberado de la jaula de acero en que te envuelve el
auto, te encontras empujado a experimentar una existencia más amplia
sin los límites y condicionamientos de las insonorizaciones y el control
del clima.
Tu olfato experimentará el fuerte aroma del pis del zorrino y
del humo del caño de escape de ese camión diesel que acabas de pasar, y
también va a deleitarse con el olor de la madera recién cortada y el
aroma de los eucaliptos o de la tierra mojada.
Tu cuerpo sentirá los miles de pequeños impactos de las gotas de lluvia y absorberá la sacudida del viento.
Tu piel sentirá la cálida temperatura cuando trepes una colina y
luego te dejes caer hacia el fondo del valle, allá abajo.
Ya no estás escondido detrás de unas ruedas desconectadas y
alejadas de la naturaleza, por el contrario, formas parte del paisaje
sin más interferencia que la de tu casco.
Envuelve toda esta libertad con las ganas de recorrer largas
distancias en tu país o en cualquier otro y descubrir fantásticos
paisajes y así conseguirás lo que se llama diversión, libertad,
plenitud.
A partir de ésta libertad es que se va moldeando tu espíritu y va
surgiendo en tu personalidad el “motoquero” asi con todas las letras,
es decir aquel que interactuando con la naturaleza disfruta de ella en
contacto directo con su cuerpo y sus dos ruedas.
Luego salir a la ruta enfundado en tu ropaje con tus botas, tu
casco y los guantes; chequear que tu moto esté en condiciones para
después comenzar a recorrer nuevos caminos mientras el sol de la mañana
se asoma e ilumina las curvas que has de tomar; el paisaje que transita
a tu lado mientras avanzas por esa ruta bien delineada; el saludo con
el brazo en alto del que se quedó en tierra y contempla con sana
envidia tu paso; el ronroneo del motor de tu máquina que indica que
todo esta en orden, eso y mucho mas es lo que constituye el placer de
andar en moto.
Quien lo ha hecho sabe muy bien de lo que estoy hablando...
Saludos a todos los que lean esto...
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