domingo, 24 de noviembre de 2013

Física aplicada...

La conducción eficiente en una moto se rige por una serie de reglas sencillas para conseguir un bajo consumo de nafta, para reducir la contaminación, para tener una mayor comodidad a la hora de montar y disminuir riesgos en la ruta. Mi nombre es Quimey Juan Félix Orozco…,
solo soy un motociclista mas del montón…, igual a mucho de ustedes.
En esta publicación solo quiero plasmar en palabras lo que seguramente para muchos de ustedes es más que obvio…

Si tenemos en cuenta que la moto es una máquina de consumo, independientemente del comportamiento del motociclista y su manera de conducir, el costo será aún mayor si no tenemos en cuenta las cuatro resistencias opuestas al avance de dicha moto relacionadas con el estado de sus neumáticos, peso, carga, dimensiones, etcétera… ¿Entienden a donde apunto?
Básicamente las resistencias que enfrentan las motos o cualquier vehículo son, creo yo, al menos cuatro…

  • Resistencia aerodinámica
  • Resistencia de rodadura
  • Resistencia por pendiente
  • Resistencia por aceleración

Paso a detallar cada una de ellas… Seguramente ustedes, amigos motociclistas, ya las conozcan…

-Resistencia aerodinámica-
Se expresa como la fuerza que necesita para moverse sin tener en cuenta el rozamiento con la ruta. Ésta, dependerá de las dimensiones de la moto, de su forma, de la temperatura, presión y ordenación del aire en sus diferentes trayectorias, pero, sobre todo, de la velocidad a la que circulemos ya que a bajas velocidades, la principal causa de fuerza resistente y, en definitiva, de consumo es el peso del vehículo y, a altas velocidades, la fuerza más importante será la resistencia del vehículo en movimiento o durante la conducción con respecto al aire…

-Resistencia de rodadura-
Se debe a la ligera deformación del neumático. Depende del peso de la moto, depende también del asfalto y, sobre todo, del tipo de neumático y de su presión de inflado. Es la segunda fuerza más importante a la hora de dificultar el movimiento de nuestra moto y, también, la más importante a bajas velocidades.

-Resistencia por pendiente-
Depende del peso de la moto subiendo un tramo ascendente que hay que vencer pero si el tramo es descendente sería todo lo contrario, es decir, sería impulsora en lugar de resistente. Las pendientes ascendentes o descendentes se expresan en tanto por ciento y para calcularla es necesario conocer la variación de la altura en relación al avance. Así, una pendiente del 10% nos indica que por cada 100 metros recorridos ascendemos o descendemos 10 metros… (Que loco, no?)

-Resistencia por aceleración-
Según la conocidísima Ley de Newton, esta resistencia es el producto de la masa de la moto por la aceleración (incremento de velocidad por unidad de tiempo). Sin embargo, cuando la moto está desacelerando, es decir, reduciendo la velocidad en movimiento, la fuerza se convierte en impulsora en lugar de resistente…

Ahora que estamos justo en tema quiero explayarme un poquito mas sobre un punto en particular… El viento y su acción para con nosotros…



Para nosotros, los motociclistas, el viento a veces suele molestar (No hablo de la brisa en el rostro)... El viento fuerte en la ruta suele ser bastante molesto y a la larga resulta más agotador. Nos exige mantener tanta atención como cuando viajamos lloviendo, pero además tenemos que ir aplicando permanentemente una fuerza extra con los brazos sobre los manillares y con las piernas sobre el chasis; y por si fuera poco, nos lleva a sufrir una terrible tensión añadida cada vez que una ráfaga nos sacude y nos hace sentir el vacío bajo nosotros. Por tanto, debemos tener muy en cuenta el viento cuando consultemos las previsiones meteorológicas antes de salir de viaje... ¿No les parece?

El viento parece ser siempre malintencionado con el motociclista porque rara, rarísima, vez le empuja de cola. Su forma habitual de sacudirnos es lateral o frontalmente oblicua. Y, evidentemente, cuando es racheado resulta el más perjudicial para la conducción; entendiendo por racheado el que viene más o menos en la misma dirección, pero con unos cambios de intensidad que nos lanzan esas fuertes ráfagas traidoras que encierran el verdadero peligro del viento para la moto.

Antes de adoptar cualquier medida, hablaría de la mentalidad con la que debemos subirnos a la moto para enfrentarnos al viento. La definiría tan sólo con un adjetivo: Luchadora. Debemos prepararnos para pelearnos sin fatiga contra el viento, y una vez subidos a la moto no bajar en ningún momento la guardia ni decaer en esa mentalidad de lucha… Muchos ya están pensando que estoy loco… y quizás tengan algo de razón… Jajaja…!!!

•          Como primera medida debemos aumentar la tracción de nuestra moto aunque mantengamos la velocidad o incluso la disminuyamos. Tendremos por tanto que bajar una o dos marchas. Yo diría que lo apropiado con fuerte viento lateral es circular por autovía en cuarta, tanto si tenemos cambio de cinco como de seis relaciones. Se trata de un simple esquema de par de fuerzas donde, obviamente, la resultante debe ser siempre la trayectoria de la ruta.

•          Como segunda medida, la colocación de nuestro cuerpo, que debe suponer una ayuda para lograr que esa resultante se mantenga sobre la carretera.

Echaremos los hombros y cabeza hacia el lado del que viene el viento, pero sin descolgarnos, manteniendo el culo (perdón por la expresión) centrado en el asiento; al mismo tiempo, nos agacharemos buscando el abrigo del carenado o de los relojes de la moto, si carece de este elemento aerodinámico. Habrá algunos momentos de rachas fuertes en los que experimentaremos una preocupante sensación de vació a nuestros pies, como si el viento nos fuese a arrebatar la moto levantándola desde el suelo. No debemos asustarnos porque ese sería el primer paso para entregarse al enemigo, pero sí debemos poner toda nuestra atención en ese momento porque es cuando el viento nos está azotando con mayor furia. Haremos fuerza con el pie contrario del lado del que procede el viento, pisaremos la estribera y apretaremos la rodilla contra el depósito de la misma forma que lo hacemos al tomar una curva en mojado. Si el viento entra por la derecha, pisaremos con fuerza la estribera izquierda y meteremos la rodilla del mismo lado contra el tanque de nafta.

•          Como tercera medida apuntaría la prevención. Hay algunas ráfagas de viento que se ven venir; por ejemplo, cuando nos disponemos a dejar atrás un corte del terreno o un grupo de casas que nos han servido de abrigo en el lado que nos lanza el viento. Debemos, así mismo, anticiparnos explorando el panorama que tenemos delante, y allí donde veamos que los árboles se agitan con más fuerza o que una corriente de polvo cruza el asfalto, prepararnos para afrontarlo aferrándonos con fuerza al manillar y echando el cuerpo hacia el lado de donde nos va a sacudir el viento.


Cuando circulemos por una ruta de doble sentido y el viento nos castigue desde la derecha, uno de los momentos más dedicados que nos encontraremos llegará a la hora de adelantar a un camión –en el caso de un coche también se nota, aunque en una minúscula medida-. Cuando nos vayamos acercando a uno de estos gigantes de la ruta, sentiremos cómo el viento comienza a disminuir su fuerza al mismo tiempo que oscila a un lado y a otro. Esa oscilación aumenta, y alcanza su punto máximo cuando nos encontramos a unos quince metros del camión. En esos momentos la oscilación tomará una cadencia y una violencia inusitadas: el casco, nuestros hombros y la moto entera se sentirán como un títere a merced de las turbulencias. Es como si nos estuvieran cacheteando con saña…jajaja!!!
Tres metros más adelante, las cachetadas desaparecen y el viento con toda su fuerza también, produciendo un extraño efecto de absorción: como si la trasera del camión pretendiera tragarnos. En realidad, lo que ocurre es que venimos durante kilómetros luchando contra la fuerza eólica y de repente desaparece por completo. Vamos rebasando el camión sin rastro del viento, pero atención al llegar a la cabina. Debemos prepararnos para encarar una nueva sacudida, que aparecerá de una forma especialmente virulenta en cuanto rebasemos la ventanilla del conductor.

En esos momentos debemos atacar al viento, no esperar simplemente su aparición agarrándonos al manillar pasivamente, pensando en aguantarlo.
Tenemos que anticiparnos, tirarnos a por él justo en el momento en el va a aparecer por delante de la cabina del camión.

Cuando el viento nos entra por la izquierda y circulamos por una ruta de un solo sentido, no presenta ningún problema específico, salvo que nuestra marcha sea tan lenta que nos llegue a adelantar un camión o una camioneta, en cuyo caso debemos estar atentos a los segundos durante los que su carrocería nos mantendrá al resguardando del viento porque producirá en nosotros ese falso efecto de absorción.
Circulando, en cambio, por una ruta de doble sentido, el cruce con los camiones puede llegar a ser en ocasiones espectacular. Cuando divisemos uno de estos monstruos acercándose hacia nosotros, primero, tendremos en cuenta otra vez el falso efecto de absorción que nos puede desviar hacia la izquierda, que es, en este caso, el carril del sentido contrario. Un instante después sentiremos toda la fuerza del viento sacudiéndonos con un golpe seco y contundente, que sonará con estrépito dentro de nuestro casco. Es como si el camión trajera el viento, arrastrándolo tras de sí, y nos lo lanzara a la cara justo un instante después de cruzarnos con él… ¿Increíble, no? Jajaja…!


Me despido como siempre dejando un abrazo y un deseo…
Buena vida…, buena ruta…!!!




PD: Les dejo un video interesante:

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