La conducción eficiente en una moto se rige por una serie de
reglas sencillas para conseguir un bajo consumo de nafta, para reducir la
contaminación, para tener una mayor comodidad a la hora de montar y disminuir
riesgos en la ruta. Mi nombre es Quimey Juan Félix Orozco…,
solo soy un
motociclista mas del montón…, igual a mucho de ustedes.
En esta publicación solo quiero plasmar en palabras lo que
seguramente para muchos de ustedes es más que obvio…
Si tenemos en cuenta que la moto es una máquina de consumo,
independientemente del comportamiento del motociclista y su manera de conducir,
el costo será aún mayor si no tenemos en cuenta las cuatro resistencias
opuestas al avance de dicha moto relacionadas con el estado de sus neumáticos,
peso, carga, dimensiones, etcétera… ¿Entienden a donde apunto?
Básicamente las resistencias que enfrentan las motos o
cualquier vehículo son, creo yo, al menos cuatro…
- Resistencia
aerodinámica
- Resistencia de rodadura
- Resistencia por pendiente
- Resistencia por aceleración
Paso a detallar cada una de ellas… Seguramente ustedes,
amigos motociclistas, ya las conozcan…
-Resistencia aerodinámica-
Se expresa como la fuerza que necesita para moverse sin tener
en cuenta el rozamiento con la ruta. Ésta, dependerá de las dimensiones de la
moto, de su forma, de la temperatura, presión y ordenación del aire en sus
diferentes trayectorias, pero, sobre todo, de la velocidad a la que circulemos
ya que a bajas velocidades, la principal causa de fuerza resistente y, en
definitiva, de consumo es el peso del vehículo y, a altas velocidades, la
fuerza más importante será la resistencia del vehículo en movimiento o durante
la conducción con respecto al aire…
-Resistencia de rodadura-
Se debe a la ligera deformación del neumático. Depende del
peso de la moto, depende también del asfalto y, sobre todo, del tipo de
neumático y de su presión de inflado. Es la segunda fuerza más importante a la
hora de dificultar el movimiento de nuestra moto y, también, la más importante
a bajas velocidades.
-Resistencia por pendiente-
Depende del peso de la moto subiendo un tramo ascendente que
hay que vencer pero si el tramo es descendente sería todo lo contrario, es
decir, sería impulsora en lugar de resistente. Las pendientes ascendentes o
descendentes se expresan en tanto por ciento y para calcularla es necesario
conocer la variación de la altura en relación al avance. Así, una pendiente del
10% nos indica que por cada 100
metros recorridos ascendemos o descendemos 10 metros… (Que
loco, no?)
-Resistencia por aceleración-
Según la conocidísima Ley de Newton, esta resistencia es el
producto de la masa de la moto por la aceleración (incremento de velocidad por
unidad de tiempo). Sin embargo, cuando la moto está desacelerando, es decir,
reduciendo la velocidad en movimiento, la fuerza se convierte en impulsora en
lugar de resistente…
Ahora que estamos justo en tema quiero explayarme un poquito
mas sobre un punto en particular… El viento y su acción para con nosotros…
Para nosotros, los motociclistas, el viento a veces suele
molestar (No hablo de la brisa en el rostro)... El viento fuerte en la ruta
suele ser bastante molesto y a la larga resulta más agotador. Nos exige
mantener tanta atención como cuando viajamos lloviendo, pero además tenemos que
ir aplicando permanentemente una fuerza extra con los brazos sobre los
manillares y con las piernas sobre el chasis; y por si fuera poco, nos lleva a
sufrir una terrible tensión añadida cada vez que una ráfaga nos sacude y nos
hace sentir el vacío bajo nosotros. Por tanto, debemos tener muy en cuenta el
viento cuando consultemos las previsiones meteorológicas antes de salir de
viaje... ¿No les parece?
El viento parece ser siempre malintencionado con el motociclista
porque rara, rarísima, vez le empuja de cola. Su forma habitual de sacudirnos
es lateral o frontalmente oblicua. Y, evidentemente, cuando es racheado resulta
el más perjudicial para la conducción; entendiendo por racheado el que viene
más o menos en la misma dirección, pero con unos cambios de intensidad que nos
lanzan esas fuertes ráfagas traidoras que encierran el verdadero peligro del
viento para la moto.
Antes de adoptar cualquier medida, hablaría de la mentalidad
con la que debemos subirnos a la moto para enfrentarnos al viento. La definiría
tan sólo con un adjetivo: Luchadora. Debemos prepararnos para pelearnos sin
fatiga contra el viento, y una vez subidos a la moto no bajar en ningún momento
la guardia ni decaer en esa mentalidad de lucha… Muchos ya están pensando que
estoy loco… y quizás tengan algo de razón… Jajaja…!!!
• Como primera
medida debemos aumentar la tracción de nuestra moto aunque mantengamos la
velocidad o incluso la disminuyamos. Tendremos por tanto que bajar una o dos
marchas. Yo diría que lo apropiado con fuerte viento lateral es circular por
autovía en cuarta, tanto si tenemos cambio de cinco como de seis relaciones. Se
trata de un simple esquema de par de fuerzas donde, obviamente, la resultante
debe ser siempre la trayectoria de la ruta.
• Como segunda
medida, la colocación de nuestro cuerpo, que debe suponer una ayuda para lograr
que esa resultante se mantenga sobre la carretera.
Echaremos los hombros y cabeza hacia el lado del que viene
el viento, pero sin descolgarnos, manteniendo el culo (perdón por la expresión)
centrado en el asiento; al mismo tiempo, nos agacharemos buscando el abrigo del
carenado o de los relojes de la moto, si carece de este elemento aerodinámico.
Habrá algunos momentos de rachas fuertes en los que experimentaremos una
preocupante sensación de vació a nuestros pies, como si el viento nos fuese a
arrebatar la moto levantándola desde el suelo. No debemos asustarnos porque ese
sería el primer paso para entregarse al enemigo, pero sí debemos poner toda
nuestra atención en ese momento porque es cuando el viento nos está azotando
con mayor furia. Haremos fuerza con el pie contrario del lado del que procede
el viento, pisaremos la estribera y apretaremos la rodilla contra el depósito
de la misma forma que lo hacemos al tomar una curva en mojado. Si el viento
entra por la derecha, pisaremos con fuerza la estribera izquierda y meteremos
la rodilla del mismo lado contra el tanque de nafta.
• Como tercera
medida apuntaría la prevención. Hay algunas ráfagas de viento que se ven venir;
por ejemplo, cuando nos disponemos a dejar atrás un corte del terreno o un
grupo de casas que nos han servido de abrigo en el lado que nos lanza el
viento. Debemos, así mismo, anticiparnos explorando el panorama que tenemos
delante, y allí donde veamos que los árboles se agitan con más fuerza o que una
corriente de polvo cruza el asfalto, prepararnos para afrontarlo aferrándonos
con fuerza al manillar y echando el cuerpo hacia el lado de donde nos va a
sacudir el viento.
Cuando circulemos por una ruta de doble sentido y el viento
nos castigue desde la derecha, uno de los momentos más dedicados que nos
encontraremos llegará a la hora de adelantar a un camión –en el caso de un
coche también se nota, aunque en una minúscula medida-. Cuando nos vayamos
acercando a uno de estos gigantes de la ruta, sentiremos cómo el viento
comienza a disminuir su fuerza al mismo tiempo que oscila a un lado y a otro.
Esa oscilación aumenta, y alcanza su punto máximo cuando nos encontramos a unos
quince metros del camión. En esos momentos la oscilación tomará una cadencia y
una violencia inusitadas: el casco, nuestros hombros y la moto entera se
sentirán como un títere a merced de las turbulencias. Es como si nos estuvieran
cacheteando con saña…jajaja!!!
Tres metros más adelante, las cachetadas desaparecen y el
viento con toda su fuerza también, produciendo un extraño efecto de absorción:
como si la trasera del camión pretendiera tragarnos. En realidad, lo que ocurre
es que venimos durante kilómetros luchando contra la fuerza eólica y de repente
desaparece por completo. Vamos rebasando el camión sin rastro del viento, pero
atención al llegar a la cabina. Debemos prepararnos para encarar una nueva
sacudida, que aparecerá de una forma especialmente virulenta en cuanto
rebasemos la ventanilla del conductor.
En esos momentos debemos atacar al viento, no esperar
simplemente su aparición agarrándonos al manillar pasivamente, pensando en
aguantarlo.
Tenemos que anticiparnos, tirarnos a por él justo en el
momento en el va a aparecer por delante de la cabina del camión.
Cuando el viento nos entra por la izquierda y circulamos por
una ruta de un solo sentido, no presenta ningún problema específico, salvo que
nuestra marcha sea tan lenta que nos llegue a adelantar un camión o una
camioneta, en cuyo caso debemos estar atentos a los segundos durante los que su
carrocería nos mantendrá al resguardando del viento porque producirá en
nosotros ese falso efecto de absorción.
Circulando, en cambio, por una ruta de doble sentido, el
cruce con los camiones puede llegar a ser en ocasiones espectacular. Cuando
divisemos uno de estos monstruos acercándose hacia nosotros, primero, tendremos
en cuenta otra vez el falso efecto de absorción que nos puede desviar hacia la
izquierda, que es, en este caso, el carril del sentido contrario. Un instante
después sentiremos toda la fuerza del viento sacudiéndonos con un golpe seco y
contundente, que sonará con estrépito dentro de nuestro casco. Es como si el
camión trajera el viento, arrastrándolo tras de sí, y nos lo lanzara a la cara
justo un instante después de cruzarnos con él… ¿Increíble, no? Jajaja…!
Me despido como siempre dejando un abrazo y un deseo…
Buena vida…, buena ruta…!!!
PD: Les dejo un video interesante:
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