lunes, 7 de julio de 2014

Percepción, decisión y anticipación

Hace mucho tiempo, conversando con motociclistas ancianos ya retirados de las rutas pero con una exquisita experiencia de vida,
me contaban a cerca de los diferentes tipos de percepción, de la anticipación y de las diferentes fases de la decisión. Y bueno, como es mi costumbre, quería compartir con ustedes, mis amigos de esta red social, toda esa sublime y exquisita experiencia de nuestros hermanos ancianos de la ruta…



Pero vamos por parte… Primero recordemos algunos términos generales… ¿Les parece bien?

¿Qué es lo que se conoce comúnmente como incidente? Pues bien, el incidente es una sucesión encadenada de hechos que se producen en dos dimensiones físicas: en un sitio o lugar y en un intervalo de tiempo dados. El escenario vial, o sitio ya lo conocemos, es decir, es por donde nos movemos... (La ruta por ejemplo) Un espacio donde existen varias zonas, fases o áreas para explicar o reconstruir lo sucedido dentro de una secuencia temporal recorrida por un vehículo o peatón. Pues bien, una de esas fases sería la PERCEPCIÓN, es decir, la acción y efecto de comprender o conocer algo.

La FASE DE PERCEPCIÓN del movimiento es la fase del incidente donde el motociclista llega a percibir el peligro a través de información visual de la retina y mensajes de los músculos alrededor de los ojos. Una fase que podemos dividirla, a su vez, en dos puntos de percepción:

  • LA PERCEPCIÓN SUBJETIVA: Para realizar una valoración subjetiva del riesgo hay que tener en cuenta que cuanto más próximo está un evento más probable se le considera real. Por eso, dicha visión sería el momento y lugar donde la situación inesperada o peligrosa podría ser percibida por una persona normal. Por ejemplo, si medimos la distancia que hay entre la moto y un lomo de burro antes de un cruce podremos calcular el tiempo que podemos tardar si aplicamos una velocidad que nos garantice pasar con seguridad y sin necesidad de aplicar el sistema de frenado.

  • LA PERCEPCIÓN OBJETIVA: La sensación es lo que nuestro cerebro recibe a través de los sentidos. En este caso, aplicado a la conducción, puede definirse como lo que ve el conductor, es decir, el momento y lugar en el cual el motociclista percibe realmente por primera vez el peligro o la situación anormal. Una situación que tiene que interpretar en base a sus conocimientos y experiencia para actuar con seguridad.

La percepción de la realidad puede ser muy distinta

El movimiento real que depende del movimiento de las imágenes a través de la retina, es decir, el desplazamiento físico de un objeto de un lugar a otro. Si detenemos nuestra moto y miramos de reojo los objetos a nuestro alrededor, lo que vemos a los márgenes de la ruta seguirán pasando a través de la retina pero los mensajes de los músculos del ojo contrarrestan a los de la retina y entonces los objetos que vemos se percibirán como inmóviles.

No obstante, nos enfrentamos con ilusiones ópticas cuando percibimos movimiento en objetos que en realidad están estáticos o al revés. Un ejemplo muy claro lo tenemos en las grandes rectas de rutas convencionales con línea discontinua que nos permite adelantar pero que no nos atrevemos a adelantar por no precisar o no saber calcular la distancia que tenemos para realizar correctamente la maniobra. Si le añadimos, al ejemplo anterior, la proximidad de un cruce y la presencia de un vehículo grande o pesado (tractor por ejemplo) puede que, incluso, nos confunda si el vehículo que vemos a lo lejos está en movimiento o no.

Para ello, la mejor opción para calcular la distancia es mirar no los objetos que nos rodean como, casas, explanadas de aparcamientos, construcciones de obra, acueductos para regadío, sino más bien la línea discontinua que separa los carriles de circulación para saber lo que tardamos en llegar de una a otra y así comprobar más o menos lo que recorremos en un espacio determinado.

Todos tenemos que tener en cuenta que no estamos exentos de sufrir un incidente bien como peatones o como motociclistas. La fase de percepción nos pone en alerta ante un hecho inesperado como puede ser, por ejemplo, un vehículo que nos precede y frena de forma brusca o la irrupción súbita de un peatón. En todo caso, será la FASE DE DESICIÓN la que nos servirá para dar respuesta a ese peligro.

Hablar así friamente de fases parece algo loco para un motociclista, ¿No les parece…? El hecho es que la fase de decisión y respuesta comienza después de la fase de percepción del peligro y se manifiesta con nuestra decisión como motociclistas para evitar un peligro. Una fase que la podemos relacionar directamente con el tiempo de reacción, es decir, la estimulación del músculo y creación de la actividad mecánica (movimiento), sin olvidarnos de la previa visión, su traslado al sistema nervioso central y aplicación o transformación de la orden al músculo.

La toma de información previa también llamada ANTICIPACIÓN nos facilitará la elección y focalización de las posibles reacciones; de ahí, la importancia de la experiencia en la conducción para calcular correctamente el tiempo que tardamos en realizar la maniobra, tener un plan B y realizar una reacción condicionada al éxito de la maniobra o por lo menos que la última decisión no sea errónea o desemboque en un mal mayor. Entre las maniobras de evasión que existen quiero destacar las simples pasivas como, por ejemplo, tocar bocina y efectuar destellos; las simples activas como, por ejemplo, disminuir la velocidad, detención de la moto, aumentar la velocidad, girar y tumbarnos hacia los lados y las complejas como, por ejemplo, disminuir la velocidad y girar y tumbarnos al mismo tiempo, disminuir la velocidad y uso de bocina o destellos, etcétera…

En definitiva, el tiempo de reacción determinará la respuesta ante el peligro e incluso el éxito de la maniobra empleada. El estado físico o psíquico del motociclista, la edad, cansancio, distracción, son variables que pueden aumentar el tiempo de reacción. Por tal motivo, recalco la importancia de ir atentos a los mandos de la moto en todo momento y evitar el exceso de confianza para evitar sorpresas…

Bueno amigos…, por hoy basta de solo palabras y como digo siempre: Ruteen y ruteen mucho, adquieran experiencia, compartan experiencias de viajes, condiciones de manejo… Sepan de teoría y que la práctica los supere…
Recuerden que la forma como conducimos una moto define lo que somos o lo que queremos ser en nuestra ruta de la vida…

Me despido como siempre dejando un abrazo y un deseo…

Buena vida…, buena ruta.

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