Mi nombre es Quimey Juan Félix Orozco... Simplemente soy un
motociclista mas del montón con conexión a Internet… jajaja…!
En esta publicación quería hablarles a cerca de un tema conocido por muchos y que en cierto sentido a veces es bueno y otras no lo es tanto… Quería hablar del VIENTO..., viento en la ruta...los tipos de vientos que hay y cómo aprovecharlos, conocerlos y hasta quizás poder superarlos...
Para nosotros, los motociclistas, el viento a veces suele
molestar (No hablo de la brisa en el rostro)... Como dije antes, el viento
fuerte en la ruta suele ser bastante molesto y a la larga resulta más agotador.
Nos exige mantener tanta atención como cuando viajamos lloviendo, pero además
tenemos que ir aplicando permanentemente una fuerza extra con los brazos sobre
los manillares y con las piernas sobre el chasis; y por si fuera poco, nos
lleva a sufrir una terrible tensión añadida cada vez que una ráfaga nos sacude
y nos hace sentir el vacío bajo nosotros. Por tanto, debemos tener muy en cuenta
el viento cuando consultemos las previsiones meteorológicas antes de salir de
viaje... ¿No les parece?
El viento parece ser siempre malintencionado con el
motociclista porque rara, rarísima, vez le empuja de cola. Su forma habitual de
sacudirnos es lateral o frontalmente oblicua. Y, evidentemente, cuando es
racheado resulta el más perjudicial para la conducción; entendiendo por
racheado el que viene más o menos en la misma dirección, pero con unos cambios
de intensidad que nos lanzan esas fuertes ráfagas traidoras que encierran el
verdadero peligro del viento para la moto.
Antes de adoptar cualquier medida, hablaría de la mentalidad
con la que debemos subirnos a la moto para enfrentarnos al viento. La definiría
tan sólo con un adjetivo: Luchadora. Debemos prepararnos para pelearnos sin
fatiga contra el viento, y una vez subidos a la moto no bajar en ningún momento
la guardia ni decaer en esa mentalidad de lucha… Muchos ya están pensando que
estoy loco… y quizás tengan algo de razón… Jajaja…!!!
- Como
primera medida debemos aumentar la tracción de nuestra moto aunque
mantengamos la velocidad o incluso la disminuyamos. Tendremos por tanto
que bajar una o dos marchas. Yo diría que lo apropiado con fuerte viento
lateral es circular por autovía en cuarta, tanto si tenemos cambio de
cinco como de seis relaciones. Se trata de un simple esquema de par de
fuerzas donde, obviamente, la resultante debe ser siempre la trayectoria
de la ruta.
- Como segunda medida, la colocación de nuestro cuerpo, que debe suponer una ayuda para lograr que esa resultante se mantenga sobre la carretera.
Echaremos los
hombros y cabeza hacia el lado del que viene el viento, pero sin descolgarnos,
manteniendo el culo (perdón por la expresión) centrado en el asiento; al mismo
tiempo, nos agacharemos buscando el abrigo del carenado o de los relojes de la
moto, si carece de este elemento aerodinámico. Habrá algunos momentos de rachas
fuertes en los que experimentaremos una preocupante sensación de vació a
nuestros pies, como si el viento nos fuese a arrebatar la moto levantándola
desde el suelo. No debemos asustarnos porque ese sería el primer paso para
entregarse al enemigo, pero sí debemos poner toda nuestra atención en ese
momento porque es cuando el viento nos está azotando con mayor furia. Haremos
fuerza con el pie contrario del lado del que procede el viento, pisaremos la
estribera y apretaremos la rodilla contra el depósito de la misma forma que lo
hacemos al tomar una curva en mojado. Si el viento entra por la derecha,
pisaremos con fuerza la estribera izquierda y meteremos la rodilla del mismo
lado contra el tanque de nafta.
- Como
tercera medida apuntaría la prevención. Hay algunas ráfagas de viento que
se ven venir; por ejemplo, cuando nos disponemos a dejar atrás un corte
del terreno o un grupo de casas que nos han servido de abrigo en el lado
que nos lanza el viento. Debemos, así mismo, anticiparnos explorando el
panorama que tenemos delante, y allí donde veamos que los árboles se
agitan con más fuerza o que una corriente de polvo cruza el asfalto,
prepararnos para afrontarlo aferrándonos con fuerza al manillar y echando
el cuerpo hacia el lado de donde nos va a sacudir el viento.
Cuando circulemos por una ruta de doble sentido y el viento
nos castigue desde la derecha, uno de los momentos más dedicados que nos
encontraremos llegará a la hora de adelantar a un camión –en el caso de un
coche también se nota, aunque en una minúscula medida-. Cuando nos vayamos
acercando a uno de estos gigantes de la ruta, sentiremos cómo el viento
comienza a disminuir su fuerza al mismo tiempo que oscila a un lado y a otro.
Esa oscilación aumenta, y alcanza su punto máximo cuando nos encontramos a unos
quince metros del camión. En esos momentos la oscilación tomará una cadencia y
una violencia inusitadas: el casco, nuestros hombros y la moto entera se
sentirán como un títere a merced de las turbulencias. Es como si nos estuvieran
cacheteando con saña…jajaja!!!
Tres metros más adelante, las cachetadas desaparecen y el
viento con toda su fuerza también, produciendo un extraño efecto de absorción:
como si la trasera del camión pretendiera tragarnos. En realidad, lo que ocurre
es que venimos durante kilómetros luchando contra la fuerza eólica y de repente
desaparece por completo. Vamos rebasando el camión sin rastro del viento, pero
atención al llegar a la cabina. Debemos prepararnos para encarar una nueva
sacudida, que aparecerá de una forma especialmente virulenta en cuanto
rebasemos la ventanilla del conductor.
En esos momentos debemos atacar al viento, no esperar
simplemente su aparición agarrándonos al manillar pasivamente, pensando en
aguantarlo.
Tenemos que anticiparnos, tirarnos a por él justo en el
momento en el va a aparecer por delante de la cabina del camión.
Cuando el viento nos entra por la izquierda y circulamos por
una ruta de un solo sentido, no presenta ningún problema específico, salvo que
nuestra marcha sea tan lenta que nos llegue a adelantar un camión o una
camioneta, en cuyo caso debemos estar atentos a los segundos durante los que su
carrocería nos mantendrá al resguardando del viento porque producirá en
nosotros ese falso efecto de absorción.
Circulando, en cambio, por una ruta de doble sentido, el
cruce con los camiones puede llegar a ser en ocasiones espectacular. Cuando
divisemos uno de estos monstruos acercándose hacia nosotros, primero, tendremos
en cuenta otra vez el falso efecto de absorción que nos puede desviar hacia la
izquierda, que es, en este caso, el carril del sentido contrario. Un instante
después sentiremos toda la fuerza del viento sacudiéndonos con un golpe seco y
contundente, que sonará con estrépito dentro de nuestro casco. Es como si el
camión trajera el viento, arrastrándolo tras de sí, y nos lo lanzara a la cara
justo un instante después de cruzarnos con él… ¿Increíble, no? Jajaja…!
Bueno… esta publicación en si esta dedicada a una amiga de esta red social que consultaba a cerca del tema específico del viento en ruta… Espero haber sido explicito con lo que escribí…, y espero te sirva amiga del facebook: Alicia Araldi
Me despido como siempre dejando un abrazo y un deseo…
Buena vida…, Buena ruta…!
Bueno… esta publicación en si esta dedicada a una amiga de esta red social que consultaba a cerca del tema específico del viento en ruta… Espero haber sido explicito con lo que escribí…, y espero te sirva amiga del facebook: Alicia Araldi
Me despido como siempre dejando un abrazo y un deseo…
Buena vida…, Buena ruta…!
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