Son miles las personas que necesitan de nuestra ayuda…, es
más, creo que todos conocemos a alguien necesitado, con hambre quizás, con
frío…
que está pidiendo en la calle; porque como motociclistas observamos todo
a nuestro alrededor y estamos atentos a ello… ¿No es así?
Pues bien, personalmente estoy convencido que ayudar es todo
un arte, como cultivar el intelecto y la imaginación para poder pintar o
escribir obras que sean capaces de dar al que las ve o las lee grandes
momentos.
Esta es la verdadera realidad de la ayuda, solo podemos DAR
aquello que nos es posible, y el otro solo debe estar dispuesto a RECIBIR lo
que tengo para dar. Un error muy frecuente es cuando queremos dar lo que no
tenemos y el otro desea recibir lo que no necesita. El dar y el tomar tiene sus
límites y el arte de ayudar consiste en reconocerlos y sostenerse en ellos. ¿No
les parece?
Los que me conocen saben que trabajo en la UNQ y diariamente
de ida y vuelta al trabajo suelo ver personas que necesitan ayuda, en este caso
en particular (el del video), es un señor mayor que pide monedas entre el
transito en la intersección de las calles Av. Lamadrid y Av. Vicente López
(metros más metros menos).
Una vez alguien me dijo que solo debemos dar lo que podemos
dar, mas esperamos y tomamos aquello que necesitamos, no más que eso. Esta forma
de ayuda es, creo yo, la más humilde y renunciamos así a toda exigencia.
Creo que debemos recordar que para ayudar a otros, sólo
debemos someternos a las circunstancias y actuar hasta donde éstas nos lo
permitan. De lo contrario estaremos interfiriendo en el destino del otro,
renunciando a que éste pueda ver la resolución de su situación.
Algo que se nos debería venir a la mente siempre es que sólo
podemos prestar ayuda como adultos y lo podemos hacer hacia otro adulto. Si
quien ayuda se coloca en la posición de padre eterno, se pierde la línea
invisible de la ayuda. Lo importante es que cada uno debe ser responsable de su
vida…
Bueno amigos de esta red social, solo quería mostrar con esta
simple publicación que todos podemos y somos capaces de ayudar a alguien. Como
VERDADEROS MOTOCICLISTAS estamos realmente obligados a ayudar a cuanta persona
lo necesite… Porque así somos, y porque así hemos de ser siempre…
Me despido dejando, como siempre, un abrazo y un deseo…
Buena vida…, buena ruta.
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