viernes, 5 de agosto de 2022

La mirada...

 Ya lo dijo una vez Ingmar Bergman, "Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena"

Estoy verdaderamente convencido de que nuestra mirada es algo que nunca va a cambiar a lo largo de nuestra vida, nuestra mirada es una parte imperecedera de la persona que somos.

Nosotros como humanos somos una de las pocas especies en las que el cerebro se combina con una la capacidad de procesar múltiples estímulos visuales. 

Ahora bien, ¿Qué procesos se desencadenan cuando alguien clava sus ojos en los nuestros y viceversa?

Los ojos son una de las partes de la cara en las que más centramos la mirada cuando interactuamos con alguien. Esto, que parece natural y hasta obvio, es una rareza dentro del reino animal. Sin embargo, nuestra especie ha evolucionado para tener un control extraordinario de los músculos de la cara que están alrededor de los ojos, y también somos especialmente buenos a la hora de reconocer los matices y las sutilezas que se esconden tras estos pequeños movimientos. Es por eso que, para conocer a alguien, esta es una de nuestras partes favoritas en las que centrar nuestra atención, además de la boca.

De algún modo, cuantas menos barreras se le pone a esta transmisión de información en tiempo real en formo de mirada sostenida y correspondida por la otra persona, más íntimo se vuelve en contexto.

¿Ustedes que opinan al respecto? 

Los estaré leyendo... 


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