¿Conocen esta fruta? Jajaja... Seguro que si...
No necesitamos cuchillo para pelarlas ni tenedor o plato para comerlas. La practicidad de las mandarinas hace que estas frutas cítricas sean unas de las más populares en todo el mundo, especialmente para su consumo en el entorno familiar, laboral y escolar. Son un postre o una colación casi perfecta.
Pero además de la facilidad que tienen para su consumo, las mandarinas poseen muchas otras virtudes. Y es acá donde los lectores dejan de leer porque empiezo a explayarme un poquito como de costumbre en cada publicación. Temas sencillos hechos "ciencia" Jajaja...!!!
Los primeros registros sobre esta fruta nos llevan hasta Asia, donde hace miles de años empezó a cultivarse la mandarina por sus propiedades alimenticias y curativas.
Se reconoce a las mandarinas por su gran aporte de vitamina C, clave para fortalecer el sistema inmune: aumenta nuestras defensas y nos ayuda a combatir distintos tipos de virus, gripes y resfríos. Su alto contenido de fibras, además, favorece la actividad intestinal, evitando el tan molesto estreñimiento.
Provenientes de un árbol de la familia de las rutáceas, las mandarinas también son reconocidas por su poder antioxidante. Al igual que en otros cítricos -como el limón o la naranja- poseen carotenoides, que aportan grandes beneficios a la salud: son antioxidantes, disminuyen el riesgo de cáncer y promueven la salud ocular.
Su variedad de vitaminas y nutrientes (además de vitamina C, las mandarinas también tienen vitamina A, calcio y fósforo) ayudan a mantener la piel saludable y a colaborar con la cicatrización de heridas. Mientras que su alto contenido de fibra brinda sensación de saciedad, una de las claves para quienes buscamos perder peso... Jajaja. (y es que a mis cuarentaimuchos ya la pancita quiere salir... jajaja...)
Por si fuera poco, el consumo de mandarinas también colabora con la reducción de ácido úrico en nuestro cuerpo. Este poder diurético se produce debido al agua, potasio y ácido cítrico presentes en esta fruta, que ayudan a eliminar de nuestro organismo sales y ácido úrico, además de contribuir con el buen estado de las vías urinarias.
Aunque la forma más tradicional de comer mandarinas es pelar su cáscara y extraer sus gajos llenos de jugo, existen muchísimas otras maneras de consumirlas: en mermeladas, licores, budines, galletitas, tortas y un largo etcétera.
Bueno amigos de esta red social, me despido como siempre dejando un abrazo y un deseo.
Buena vida, buena ruta...